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Si bien el esquí es un momento de placer no deja de ser un verdadero deporte y necesita por lo tanto una preparación previa para evitar toda herida o dolor.
Esto es aún más cierto si no practica deportes en forma regular. En ese caso, se recomienda retomar una actividad física durante las semanas previas a su estancia como por ejemplo correr, caminar, patinar, etc.
Si no es adepto de esas actividades o si no tiene tiempo de practicarlas, piense en los gestos simples que harán trabajar sus músculos y sus articulaciones: usar la escalera en lugar del ascensor, reemplazar los transportes por la caminata o la bicicleta...
En complemento de este entrenamiento previo es necesario también pensar en los buenos hábitos a adoptar durante su estancia: precalentamientos antes de calzar los esquís, estiramientos al final de la jornada para una mejor recuperación y para evitar las agujetas.
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